Imagen del Juego

HADES

Desarrolladora: Supergiant Games

Año de Lanzamiento: 2020

Género: Roguelike

VALORACIÓN FINAL

Mi puerta al inframundo


Hades fue el juego que me hizo entender de verdad qué tiene de especial un roguelike. Había probado otros, o tal vez no, pero ninguno me enganchó como este. Desde el primer intento ya se siente diferente: rápido, desafiante y con un ritmo que te empuja a seguir jugando sin darte cuenta. Lo que más me sorprendió fue cómo convierte el fracaso en parte de la historia. Cada vez que mueres, lejos de echarte para atrás, el juego te lleva de vuelta a su mundo, y ahí pasan cosas.
Es un enfoque muy bien pensado. Puedes encontrarte con una nueva conversación, una escena inesperada, un personaje que reacciona de forma distinta o una pequeña pieza del mundo que se amplía. No es raro acabar deseando morir solo por descubrir qué hay después. Porque sí, a veces lo más interesante no es superar la run, sino lo que ocurre al volver.
Esa forma de progresar, basada tanto en la acción como en lo narrativo, es uno de sus grandes aciertos. Vas regalando objetos, reforzando vínculos, desbloqueando nuevas líneas de diálogo o incluso pequeñas mejoras. Todo eso hace que cada intento tenga su valor, ganes o pierdas.

En lo jugable, Hades exige. Al principio parece que no vas a pasar de las primeras salas. Pero poco a poco, sin darte cuenta, empiezas a entender cómo funciona todo. Qué bendiciones te benefician más según tu arma, cuándo arriesgar, cuándo aguantar. No necesitas llevar la cuenta de nada, simplemente lo vas interiorizando.
Y ahí está la gracia: sin forzarte, sin darte tutoriales eternos, el juego te enseña a jugar. A medida que repites, tú mismo vas afinando tu manera de enfrentarte a cada run. Una progresión muy orgánica que pocas veces he visto tan bien llevada.
Además, siempre hay espacio para la sorpresa. Justo cuando crees que ya has visto todo, aparece un nuevo giro, un personaje en una sala que no esperabas o una línea de diálogo que cambia tu visión de alguien. Es un juego que no deja de moverse, aunque tú estés en el mismo punto.

Y lo curioso es que, aunque estás en el inframundo y todo debería sentirse hostil o agotador, lo que transmite es justo lo contrario: una especie de calorcito familiar, como si estuvieras a gusto dentro de él. Como si morir, en el fondo, fuera volver a casa.

Visualmente es un espectáculo y la música acompaña de forma excelente, pero todo eso está al servicio de lo que de verdad importa: que cada partida se sienta útil, tenga sentido y te deje con ganas de más.

Imagen intermedia en el contenido

Yo empecé sin muchas expectativas, y acabé rendido a él. Porque pocos juegos consiguen eso: que quieras volver una y otra vez, incluso sabiendo que vas a morir.



JoystickFilms

Valoración individual